Egipto, ficus sicomoro
100 libras egipcias, 2012
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Egypt, ficus sicomorus
100 Egyptian pounds, 2012
El ficus sicomoro (ficus sycomorus) es un árbol de la familia de las moráceas y del género de las higueras. Éste puede medir hasta 20 metros de altura y 6 metros de anchura con una copa bastante espesa. Su corteza es verde amarillenta y se exfolia en tiras que dejan aparecer en su interior otra corteza amarillenta. Como todas las higueras, el sicómoro contiene látex. Sus hojas tienen un color verde oscuro, son ásperas. La flor crece dentro del higo y los ejemplares machos y hembras crecen en frutos diferentes, de manera que hace falta la ayuda de una pequeña avispa para la polinización.
Es nativo de África central.
Actualmente, el ficus sicomoro es difícil de encontrar en Egipto. Sin embargo, éste tuvo gran importancia en el Antiguo Egipto donde era considerado como árbol de la vida. Los antiguos egipcios relacionaban a la diosa Isis con el ficus quien ofrecía alimentos y refugio sombrío para los mortales. Popularmente, era muy valorado por su densa sombra, así como por sus frutos, los higos, y por su madera de calidad, que era utilizada en la elaboración de muebles y de sarcófagos.
La madera del ficus sicomoro era utilizada en sarcófagos con un significado religioso añadido, esta conformaba un microcosmos compuesto por la tapa (que representaba a Nut, diosa del cielo) y la caja (simbolizando a Geb, dios de la tierra), donde todo el conjunto creado se asociaba a la diosa Hathor, diosa de la maternidad, el amor y la alegría.
Los árboles gozaban de una protección, atención y cuidados especiales en el Antiguo Egipto. No es difícil pensar que esto se debiese a la relativa escasez de los mismos. De manera simbólica, los antiguos egipcios pudieron asimilar el ciclo de los árboles como una recreación del cosmos. Se cree que los árboles de hoja caduca, expresaban la generación, regeneración y renovación, con la pérdida de sus hojas y la recuperación de las mismas. También se creía que eran elementos de conexión del cielo (Nut) con la tierra (Geb), así se favorecía el vínculo directo entre ambos los dioses.
El ficus sicomoro (ficus sycomorus) es un árbol de la familia de las moráceas y del género de las higueras. Éste puede medir hasta 20 metros de altura y 6 metros de anchura con una copa bastante espesa. Su corteza es verde amarillenta y se exfolia en tiras que dejan aparecer en su interior otra corteza amarillenta. Como todas las higueras, el sicómoro contiene látex. Sus hojas tienen un color verde oscuro, son ásperas. La flor crece dentro del higo y los ejemplares machos y hembras crecen en frutos diferentes, de manera que hace falta la ayuda de una pequeña avispa para la polinización.
Es nativo de África central.
Actualmente, el ficus sicomoro es difícil de encontrar en Egipto. Sin embargo, éste tuvo gran importancia en el Antiguo Egipto donde era considerado como árbol de la vida. Los antiguos egipcios relacionaban a la diosa Isis con el ficus quien ofrecía alimentos y refugio sombrío para los mortales. Popularmente, era muy valorado por su densa sombra, así como por sus frutos, los higos, y por su madera de calidad, que era utilizada en la elaboración de muebles y de sarcófagos.
La madera del ficus sicomoro era utilizada en sarcófagos con un significado religioso añadido, esta conformaba un microcosmos compuesto por la tapa (que representaba a Nut, diosa del cielo) y la caja (simbolizando a Geb, dios de la tierra), donde todo el conjunto creado se asociaba a la diosa Hathor, diosa de la maternidad, el amor y la alegría.
Los árboles gozaban de una protección, atención y cuidados especiales en el Antiguo Egipto. No es difícil pensar que esto se debiese a la relativa escasez de los mismos. De manera simbólica, los antiguos egipcios pudieron asimilar el ciclo de los árboles como una recreación del cosmos. Se cree que los árboles de hoja caduca, expresaban la generación, regeneración y renovación, con la pérdida de sus hojas y la recuperación de las mismas. También se creía que eran elementos de conexión del cielo (Nut) con la tierra (Geb), así se favorecía el vínculo directo entre ambos los dioses.
Fuentes / Sources
Diccionario de los dioses y mitos del Antiguo Egipto, Océano, Barcelona, 2003